Santidad: Virtud – Integridad – Ejemplo – Fe.
Integridad: Honradez – Rectitud – Probidad – Moralidad – Entereza – Honestidad – Decencia – Lealtad – Equidad – Austeridad – Hombría – Honorabilidad. (Sinónimos).
Integridad: Corrupción – Imperfección – Parcialidad. (Antónimos). Todo lo que se aparta o difiere del concepto de integridad es considerado una violación o inconsistencia (pecado – trasgresión) frente a las normas Divinas.
Hebreos 12:14. “Seguid (id en pos de) la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”.
¿Qué es lo que tengo que hacer yo por mi cuenta? - ¿En qué tengo que confiar que haga Dios?
Nadie puede lograr medida alguna de Integridad (Santidad) si Dios no obra en su vida; pero de igual manera, la Integridad (Santidad) no es posible si cada uno de nosotros no se esfuerza. Dios ha dispuesto las cosas de modo que nos resulte factible andar en Integridad (Santidad).
Efesios 2:10. 10Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Dios nos ha dado a nosotros la responsabilidad de hacer la parte práctica. A Él le corresponde la teoría (normas – principios). Él no requiere ni necesita la práctica porque la Palabra dice de sí mismo: “Sed íntegros (Santos) porque yo soy Integro (Santo). La palabra “integro” (santo) aparece más de 600 veces en la Biblia.
Conceptos falsos.
1- En algunos círculos, la santidad equivale a tener en cuenta una serie de prohibiciones – generalmente en cuestiones tales como el cigarrillo, la bebida y el baile. La lista varía según el grupo del que se trate. Cuando seguimos un enfoque tal para alcanzar la integridad “santidad”, corremos el peligro de volvernos como los fariseos, con su interminable lista de trivialidades a observar o evitar, y su actitud de auto justificación.
2- Para otros, la integridad “santidad” significa un estilo particular de vestimenta y de modos de obrar.
3- Para otros, en fin, significa una perfección inalcanzable, idea ésta que conduce, ya sea al autoengaño o bien al desaliento en cuanto al propio pecado.
Todas estas ideas, si bien son acertadas en alguna medida, pierden de vista el concepto central. Ser íntegros (santos) significa: Ser moralmente intachables. Es estar apartados del pecado y, por consiguiente, estar consagrados a Dios.
¿Qué nos dice la Palabra al respecto?
Pablo usa el término Integridad (santidad) en contraste con una vida caracterizada por la inmoralidad e injusticia:
1 Tesalonicenses 4:3-7. 3pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; 4que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; 5no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; 6que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. 7Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
Pedro usa el término en contraste con la vida vivida de conformidad con los deseos pecaminosos que teníamos cuando vivíamos alejados de Dios.
1 Pedro 1:14-16. 14como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
Juan usa el término y contrastó al que es íntegro con el que es vil y hace lo malo.
Apocalipsis 22:11. 11El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
Pablo termina concluyendo que la vida íntegra que Dios quiere que vivamos es aquella que se vive de conformidad con los preceptos morales y en completo contraste con la orientación del mundo. Para ello nos lo ilustra de la siguiente forma:
Efesios 4:22-24. 22En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Si a la luz de la Palabra la integridad (santidad) es tan importante para Dios y para nuestra relación con Él, ¿Por qué no la experimentamos en mayor medida en la vida cotidiana? - ¿Por qué son tantas las personas que se sienten constantemente derrotadas en su lucha contra el pecado (trasgresión de las normas Divinas)? - ¿Por qué a menudo nos conformamos más al mundo que nos rodea, que a Dios?
Tres áreas básicas del problema:
Nuestra actitud hacia el pecado se centra en nosotros mismos más bien que en Dios. Nos preocupa más nuestra propia victoria sobre el pecado, que el hecho de que los mismos ofenden a Dios. Dios quiere que seamos obedientes – no necesariamente victoriosos. La obediencia está orientada hacia Dios; la victoria está orientada hacia uno mismo. La victoria es un subproducto de la obediencia.
Entendemos mal la frase “vivir por la fe” (Gálatas 2:20), suponiendo que significa que no se nos exige ningún esfuerzo para alcanzar la integridad (santidad). Tenemos que afrontar el hecho de que somos personalmente responsables de nuestro andar en integridad (santidad).
No tomamos en serio algunas clases de pecados. Mentalmente hemos categorizado a los pecados en dos grupos: Los que resultan inaceptables y los que se pueden admitir en alguna medida. El ceder en las cosas pequeñas es lo que nos conduce a los deslices más grandes. No podemos categorizar el pecado si queremos vivir una vida en integridad (santidad).
Conclusión:
1- ¿Estamos dispuestos a empezar a considerar el pecado como una ofensa contra un Dios integro (santo), en lugar de verlo como derrota personal solamente?
2- ¿Estamos dispuestos a aceptar nuestra responsabilidad personal por nuestros pecados, comprendiendo que al hacerlo, tenemos que aprender a depender de la gracia de Dios?
3- ¿Estamos dispuestos a obedecer a Dios en todas las áreas de la vida, por insignificante que sea la cuestión o la circunstancia?
agosto 18, 2008
La Santidad es para todos
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