¡El amor es el verdadero mensaje!

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Dios es Amor

El proverbio

"Si no puedes creer lo que Dios dice; tampoco podrás creer lo que Dios hace"

junio 17, 2007

Luchar contra Dios

El título de esta reflexión puede producir en nosotros una pregunta: ¿Se puede en realidad, luchar contra Dios? Creo que la respuesta es un sí rotundo. De hecho, lo hacemos todos los días. Luchamos contra Dios en cada una de las áreas en las que creemos Él no debería inmiscuirse porque creemos que somos nosotros quienes le daremos solución a las diferentes dificultades que se nos puedan presentar. Tal vez, Usted ha pensado de esta forma: “Yo se que Dios quiere que tenga un grupo de estudio Bíblico en mi casa pero he estado luchando con Él sobre dicha cuestión porque no me siento capacitado para dicha tarea”; “Siento que Dios quiere que acepte un trabajo en otro lugar pero he estado luchando con Él sobre lo que significa tener que trasladarme lejos de mis amigos y mis parientes”.

Pero, la pregunta ahora es: ¿Tiene validez alguna esta posición? ¿Podremos ver resultados positivos en estos procesos? Si su respuesta es Sí, permítame recordarle lo que ocurrió con algunas personas que quisieron luchar contra Dios y las consecuencias que vinieron sobre sus vidas producto de esto.

1- Una noche, mientras esperaba en el remanso de un arroyo para encontrarse con su hermano Esaú, de quien se había distanciado hacía ya mucho tiempo, Jacob se halló con un mensajero celestial. Por alguna razón desconocida, al encontrarse con el mensajero de Dios, el primer impulso de Jacob fue luchar. Jacob era un engañador, un maquinador que procuraba obtener ventaja de los otros. Génesis 32:22-32.

Por el resto de su vida, la forma coja de caminar de Jacob fue un recordatorio visible de su terquedad. Génesis 32:31.

2- Cuando Moisés se encontró con Dios en la zarza ardiente, su instinto natural fue resistir. Moisés luchó contra la voluntad de Dios hasta que provocó la ira del Señor. A Moisés le faltaba confianza porque era consciente de todas sus deficiencias y estaba convencido de que Dios estaba cometiendo un serio error al llamarlo a su servicio. Exodo 4:14.

Durante el resto de su ministerio, Moisés tuvo que proclamar la Palabra de Dios a través de la boca de Aarón. Exodo 4:14-16.

Creo que la situación y actitud vivida por Jacob y Moisés reflejan con exactitud lo que nosotros experimentamos la mayoría de las veces. ¿Estas luchando contra Dios en alguna situación específica? ¿Sabes lo que Dios quiere para tu vida pero te niegas a hacer lo que Él te pide? ¿Crees que tu decisión puede “esperar?” ¿Crees que no estas lo suficientemente preparado? ¿Sigues “esperando” que se den otra cosas?

Vale la pena reflexionar sobre este tema y tener en cuenta las siguientes conclusiones:

1- Oponerse a la voluntad de Dios es un atrevimiento que resulta muy costoso.
2- La vida nos ofrece numerosas oportunidades a los creyentes para probar nuestra lealtad a Dios.
3- La resistencia siempre resulta en un precio muy alto.

Luchar con Dios NO es un paso legítimo en el proceso de buscar la voluntad de Él. Es una desobediencia abierta y descarada. Aquellos que hablan de luchar con Dios no lo conocen porque Él no es igual a nosotros para que lo podamos resistir. Él es Dios y nosotros debemos rendirnos a Él.

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