¡El amor es el verdadero mensaje!

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Dios es Amor

El proverbio

"Si no puedes creer lo que Dios dice; tampoco podrás creer lo que Dios hace"

octubre 26, 2007

El éxito

La palabra éxito NO existe en el lenguaje de Dios. Después de leer esta afirmación muchas personas podrían no estar de acuerdo con ella. Permítame darle una orientación Bíblica que le ayudará a reconocer la verdad contenida en la misma.

El éxito para Dios es el resultado de un proceso que necesariamente se tiene que dar en nuestra vida. Sin este proceso el éxito no tendrá sentido alguno además de no contar con el poyo irrestricto de Aquel que lo permite en nuestra vida. Además debemos de tener en cuenta algunas cosas que son importantes para que realmente podamos llegar a afirmar con toda certeza que somos personas exitosas.

¿Por donde empezar entonces? La mejor forma es haciéndonos una serie de preguntas que nos obligarán a poner nuestra mente en movimiento y a evaluar la respuesta que le demos a las mismas.

1- ¿Qué es éxito para Usted?
2- ¿Tener dinero?
3- ¿Tener su propia empresa?
4- ¿Tener la mejor casa?
5- ¿Tener el mejor vehículo?
6- ¿Viajar cada vez que lo desee?
7- ¿Ser una persona brillante y reconocida?
8- ¿Hacer lo que se le venga en gana?
9- ¿Sentir que “controla” todo y a todos?

Independientemente de cuales hayan sido sus respuestas permítame decirle que tener éxito NO necesariamente responde afirmativamente a todas las anteriores preguntas.

Ser exitoso y tener éxito es poder aprender a NO ser esclavo del dinero y de las cosas materiales; es poder amar al prójimo como nos amamos a nosotros mismos; es ayudar a todas las personas a las que podamos sin esperar NADA a cambio; es ponernos SIEMPRE en los zapatos de los demás y entender que lo que queramos que los demás hagan con nosotros es lo que debemos hacer con ellos; es aprender a sembrar todo lo bueno porque eso mismo será lo que cosechemos; es amar sin condición; es perdonar porque no le estamos haciendo un favor a quien perdonamos sino a nosotros mismos; es darle solución a nuestras dificultades diarias antes de que se acabe el día y eso termine convirtiéndose en el detonante más adelante; es comprender de una vez por todas que si queremos que las personas que nos rodean nos obedezcan, debemos empezar por obedecer; es reconocer que si queremos que nos sirvan, debemos empezar a servir para recibir eso mismo de vuelta; es recordar que TODOS se equivocan y merecen otra oportunidad… ¿Por qué? Porque Usted hace parte de ellos.

El éxito vendrá a nuestra vida cuando realmente estemos preparados para recibirlo. ¿Cuándo ocurrirá esto? Cuando nuestro testimonio de vida, en público y en lo secreto (allí donde nadie nos ve) sea el que marque la diferencia. Sólo cuando entendamos que el éxito de ser exitoso es la obediencia y el buen ejemplo que los que nos rodean vean en nosotros.

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