¡El amor es el verdadero mensaje!

¡El amor es el verdadero mensaje!
Dios es Amor

El proverbio

"Si no puedes creer lo que Dios dice; tampoco podrás creer lo que Dios hace"

octubre 10, 2009

¿Es bueno? ¿Es malo?

Introducción.

Juan 17:15. 15No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.

En esta porción de la oración, Jesús ruega al Padre, haciendo referencia a quienes creen y creerán en Él, que no los quite del mundo, sino que los guarde del mal. Esta es la evidencia más contundente y clara que el problema que nos rodea y acosa, es el mal que existe en el mundo.
Un mundo donde la promiscuidad, la deshonestidad, la irresponsabilidad, la violencia, el alcoholismo, la drogadicción, y una lista interminable de hábitos malsanos se han convertido, con tristeza, en un estilo de vida.

La influencia del sistema de educación, el poder de presión de amigos y compañeros además de la misma sociedad en la que vivimos, los efectos de la publicidad en sus diversas formas en las que se nos presenta, el bombardeo de los medios de comunicación, la pérdida de un sistema de valores firme, la subjetividad con la que tomamos decisiones, etc., hace que cada vez sea más difícil encontrar una solución que abarque a la Humanidad sin acepción de personas.

¿Qué sugieren los diferentes entes sociales?

Gobierno. Dar mejor educación creando más programas educativos del tipo “preventivos”.
Educadores. Invertir más dinero en escuelas trayendo como consecuencia, “mejores” niños.
Activistas. Esforzarse sobremanera para erradicar la injusticia y la opresión existente en muchas sociedades.
Otros actores en la sociedad. Más fuerza pública. Más castigo para quienes infrinjan la ley. Más cárceles. Más empleo. Más programas sociales.

La verdad es que todo lo anteriormente expuesto queda corto. ¿Por qué? Porque solo se enfoca en los síntomas y no en lo que los origina. Debemos mirar más allá de los síntomas y tratar las causas fundamentales.

Una sociedad que en general ha rechazado las ideas de la verdad y la moralidad, es una sociedad que ha perdido la habilidad de discernir entre lo que es bueno y lo que es malo. La verdad se ha convertido en una mera cuestión de gusto; la moralidad ha sido reemplazada por la preferencia individual.

Surge aquí entonces lo que se conoce con el término de “relativismo”, es decir, la creencia de que lo que es cierto para Usted, tal vez no lo sea para mí, que lo que es bueno para Usted, tal vez no lo sea para mí. Este pensamiento alienta la posición de que la verdad absoluta NO existe, que toda verdad es relativa. Por supuesto esta posición a la luz de la verdad Bíblica está completamente errada.

¿Por qué? Porque la verdad absoluta, en este caso, la Palabra de Dios (La Biblia), es aquello que es: “cierto para toda persona, en toda época y en todo lugar”. La verdad absoluta es una verdad que es: “objetiva, universal, constante e inmutable”.

En este orden, es IMPOSIBLE llegar a una norma objetiva, universal y constante de la verdad sin incluir a Dios en la escena de la vida.

Si existe una norma objetiva de la verdad, no puede ser producto de la mente humana (o no sería objetiva); debe ser producto de otra mente.
Si existe una verdad constante e inmutable, debe ir más allá de los esquemas temporales humanos (o no sería constante); debe ser Eterna.
Si existe una regla universal del bien y del mal, debe trascender la experiencia individual (o no sería universal); debe estar por encima de todos nosotros.

La verdad absoluta entonces, debe ser Algo o Alguien, que sea común a toda la humanidad, a toda la Creación. Ese “Algo” o “Alguien” podemos concluir entonces, es Dios. Aún para aquellas personas que se hacen llamar incrédulos o ateos (Que no creen en Dios). Pregúntele a una de estas personas, ¿qué diría si alguien que se haya comprometido a hacer algo por ellos, dejase de hacerlo sin darles ninguna explicación? Seguramente diría que es injusto, que él no merece ese trato, que lo que le han hecho no es bueno. La verdad de todo esto es que TODO ser humano maneja un criterio acerca de lo bueno y malo en términos subjetivos.

Hablar acerca de lo que es bueno y de lo que es malo nos lleva forzosamente a hablar del bien y del mal ya que los términos se relacionan.
Desde el mismo principio Dios estableció una diferencia entre el bien y el mal y automáticamente dejó claro que la cúspide de Su Creación, es decir, Usted y yo, tendríamos que aprender a vivir escogiendo el uno u el otro.

Génesis 2:9. 9Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

Dejó también en claro la consecuencia de escoger mal.

Génesis 2:16,17. 16Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Más adelante añade más detalles para que NO quede duda y entendamos que, por cualquiera de las dos únicas opciones que nos decidamos, viviremos consecuencias.

Deuteronomio 30:15-20. 5Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; 16porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. 17Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, 18yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella. 19A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; 20amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.

Desde el mismo comienzo de la Creación, Dios mismo dejó ver que TODO lo creado era “bueno”, incluyendo por supuesto, al hombre y la mujer, hechos conforme a Su semejanza e imagen.

Génesis 1:31. 31Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

Sin embargo, el hombre en su afán de creer “saber” más que su Creador, y engañado por una manipulación de la “verdad” por parte del enemigo de Dios y del hombre, termina cayendo en la trampa y alterando significativamente el orden establecido por Dios.

Conclusión.

Es así como leemos:

Isaías 5:20. 20¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!
Santiago 1:16,17. 16Amados hermanos míos, no erréis. 17Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Filipenses 4:8. 8Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Juan 14:6. 6Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

septiembre 06, 2008

Las palabras producen santidad o corrupción

Mateo 12:35-37. 35El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. 36Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. 37Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

2 tipos de hombre: Hombre Bueno – Hombre Malo.

Mateo 7:13,14. 13Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
Juan 14:6. 6Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

¿Qué hace cada uno de ellos?: El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas. – el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.

Lucas 12:34. 34Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

¿Por qué Jesús le da un giro radical a lo que viene diciendo? Jesús añade: Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.

Primero habla de dos tipos de hombre. Aquí sólo menciona la palabra ociosa y la consecuencia que trae. El problema es SIEMPRE LA PALABRA OCIOSA.

¿Qué producen estas palabras? Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

¿Habla de justificación y condenación Eterna? Por supuesto que no. Nos habla de las cosas que podemos tener en esta vida y de las recompensas en el cielo.
Job 1:1-22 – Job 2:1-13 – Job 3:1-26.

La historia de Job no sirve para ilustrar estas palabras que menciona Jesús. Veamos:

1- Hombre perfecto y recto. Temeroso de Dios. Apartado del mal.
2- Familia unida. Rico en bienes materiales.
3- Ofrecía holocaustos permanentemente a Dios aún por sus hijos, en caso de que hubieran blasfemado contra Dios en sus corazones.
4- En un encuentro entre Dios y Satanás, Dios le permite a Satanás tocar el entorno de Job y causarle dificultades para probar su rectitud ante la duda que presenta Satanás.
5- Acontecen una serie de dificultades inimaginables, sin embargo, Job declara (con sus palabras): 20Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, 21y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. 22En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.
6- En vista de la rectitud de Job, Satanás regresa y en esta oportunidad Dios le permite que toque su cuerpo pero sin permitirle quitarle la vida. Viene sobre Job una sarna maligna que cubría su cuerpo de pies a cabeza.
7- Su esposa es la primera que lo incita a decir mal contra Dios: 9Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.
8- Job responde: 10Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
9- Le acompañan tres amigos que, durante siete días permanecen en silencio al lado de él.
10- Curiosamente Job, da un vuelco repentino y contradice todo lo que había sostenido y afirmado en los dos capítulos anteriores. Todo el capitulo 3 no hace otra cosa que maldecir (usa sus propias palabras).
11- A pesar de todo esto, Dios continúa esperando y deja que Job entre en una serie de discusiones sin sentido con sus amigos y con Dios mismo (desde el capitulo 4 hasta el 37).
12- Finalmente Dios responde desde el capítulo 38 hasta el 41 diciéndole: Job 38:1-2. 1Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo: 2¿Quién es ése que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría?
13- Es en el capítulo 42 que Job reconoce su error y se arrepiente: Job 42:1-6. 1Respondió Job a Jehová, y dijo: 2 Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. 3¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. 4 Oye, te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás. 5De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. 6Por tanto me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza.

Conclusión: Job recibe el doble de lo que había tenido antes. Para esto tuvo que arrepentirse, reconocer que hablaba lo que no sabía ni entendía, juzgaba lo que no le correspondía y había querido tomar el lugar de Dios.

agosto 26, 2008

Cómo desarrollar Hábitos íntegros (santos)

Progresión.

Las palabras producen nuestros pensamientos.
Nuestros pensamientos producen nuestras emociones y sentimientos.
Nuestras emociones y sentimientos producen nuestras decisiones.
Nuestras decisiones producen nuestras acciones.
Nuestras acciones producen nuestros hábitos.
Nuestros hábitos producen nuestro carácter.
Nuestro carácter es el que nos conduce a destino.

Hábito: Práctica – Costumbre – Conducta – Maña – Tradición.
Hábito: Disposición predominante de los pensamientos y sentimientos de la persona.

Cada vez que: Mentimos – Codiciamos – Engañamos – Sentimos ira – Sentimos odio – Deseamos el mal – Sentimos lujuria – etc., estamos desarrollando hábitos que nos alejan del estilo de vida que Dios quiere que sigamos.

Romanos 6:19. 19Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.
Santiago 1:12-25. 12Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. 13Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 14sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. 15Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. 16Amados hermanos míos, no erréis. 17Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. 18El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas. 19Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; 20porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. 21Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. 22Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 25Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.

¿Dónde comienza todo? 14sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Vs.14

Atracción – Seducción: Producto de las palabras, pensamientos, emociones, sentimientos y decisiones

¿Cuál es el momento crucial? 15Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Vs.15

Acciones – Hábitos: Muerte.

Romanos 6:23. 23Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

La anulación de los hábitos incorrectos tiene que hacerse con la colaboración del Espíritu Santo y en dependencia de él. Resolver que “jamás voy a hacer eso de nuevo”, cuando está basado puramente en una determinación humana, no ha servido para romper la cadenas de opresión que producen muchos hábitos. La enorme diferencia entre el remordimiento y el arrepentimiento.

Principios prácticos.

1. Los hábitos se desarrollan y se refuerzan mediante la repetición frecuente. Cuanto más caemos en un mal hábito, más inclinados estamos a hacerlo. Sin embargo, funciona de la misma manera en sentido contrario: entre más le decimos no a un hábito malsano, más fácil nos resultará dejarlo. Cualquier hábito, bueno o malo, sólo lo desarrollaremos mediante la repetición frecuente.
2. No permitir que ocurran excepciones. Cuando damos lugar a las excepciones, no hacemos otra cosa que reforzar los viejos hábitos o simplemente dejamos de reforzar el nuevo. Debemos estar muy alertas ante el argumento: “esta será la única vez”. Esta es una trampa sutil y peligrosa. Nos cuesta trabajo pagar el precio de decir no a nuestros deseos. Nos es más fácil decir que nos vamos a dar el gusto una vez más y que mañana cambiaremos.
3. Se requiere diligencia en todos los aspectos para asegurar el éxito en uno de ellos. Podemos sentir que un hábito en particular “no es tan malo”, pero si cedemos continuamente a sus impulsos, la voluntad se debilita y nos resultará más difícil resistir los embates de la tentación en otros aspectos.
4. No nos desalentemos ante los fracasos. Hay una gran diferencia entre fracasar y llegar a ser un fracaso. Llegamos a ser fracasos cuando desistimos, cuando dejamos de intentar.

Resulta vano cuidar la mente y las emociones, para protegerlos de lo que procede de afuera, si al mismo tiempo no nos ocupamos de los hábitos malsanos que proceden de adentro de nosotros mismos. La lucha por la Integridad (santidad) tiene que ser librada en dos frentes – el externo y el interno. Solo así experimentaremos progreso en el camino de vivir en integridad.

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