En el Antiguo Testamento.
Suertes. Sorteo mediante el cual se buscaba la solución de un asunto. Todas las veces que leemos en la Biblia que se echaban suertes era en un contexto de “conocer” cuál era la voluntad de Dios o simplemente para conocer qué hacer en una determinada situación o circunstancia.
Jueces 20:9. 9Mas esto es ahora lo que haremos a Gabaa: contra ella subiremos por sorteo.
1 Crónicas 26:13,14. 13Echaron suertes, el pequeño con el grande, según sus casas paternas, para cada puerta. 14Y la suerte para la del oriente cayó a Selemías. Y metieron en las suertes a Zacarías su hijo, consejero entendido; y salió la suerte suya para la del norte.
El territorio de las doce tribus fue asignado por suerte.
Josué 13:6. 6todos los que habitan en las montañas desde el Líbano hasta Misrefotmaim, todos los sidonios; yo los exterminaré delante de los hijos de Israel; solamente repartirás tú por suerte el país a los israelitas por heredad, como te he mandado.
El chivo emisario (Azazel) había que escogerlo echando suertes, y del mismo modo se determinaba el orden de servicio de los sacerdotes.
Levítico 16:8. 8Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel.
1 Crónicas 25:8. 8Y echaron suertes para servir por turnos, entrando el pequeño con el grande, lo mismo el maestro que el discípulo.
Mediante esta práctica se descubrieron los pecados de Acán, Jonatán, y Jonás.
1 Samuel 14:41,42. 41Entonces dijo Saúl a Jehová Dios de Israel: Da suerte perfecta. Y la suerte cayó sobre Jonatán y Saúl, y el pueblo salió libre. 42Y Saúl dijo: Echad suertes entre mí y Jonatán mi hijo. Y la suerte cayó sobre Jonatán.
Jonás 1:7. 7Y dijeron cada uno a su compañero: Venid y echemos suertes, para que sepamos por causa de quién nos ha venido este mal. Y echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás.
En el Nuevo Testamento.
Mateo 27:35. 35Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
Hechos 1:24-26. 24Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido, 25para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar. 26Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.
Es notable que después de Pentecostés no hallamos el uso de suertes para resolver problemas en la Iglesia. El Espíritu Santo ahora ofrece la dirección que la Iglesia o el cristiano necesita por medios directos y personales.
Romanos 8:14. 14Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
Lucas 4:12. 12Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.
Juan 1:7. 7Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.
Conclusión.
La prosperidad (suerte) NO es un accidente, sino la aplicación deliberada de los principios de la Palabra de Dios en cada área de nuestra vida. El éxito (suerte – prosperidad) es la práctica continua de buenas decisiones que producen buenos resultados y, como fruto, una mejor calidad de vida.
Juan 10:10. 10El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Colosenses 3:2. 2Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.